Sarah-Jayne Blakemore neurocientífica cognitiva ha logrado demostrar que el comportamiento adolescente lo causa el cerebro.
“Hace 15 años estaba ampliamente asumido que la mayor parte del desarrollo del cerebro se produce en los primeros años de la vida”, explicó Blakemore en su conferencia para TED celebrada en Edimburgo este verano.
“Pero hace 15 años no éramos capaces de mirar al interior del cerebro humano y rastrear el desarrollo a lo largo de su vida”. Gracias a los avances de los últimos 10 años ha sido posible rastrear el cerebro humano a través de técnicas como
La nueva imagen que se tiene del cerebro humano y su desarrollo “ha cambiado de forma radical lo que pensamos acerca del desarrollo del cerebro”. Y es que el cerebro no se desarrolla exclusivamente de niño, sino que su crecimiento se extiende a la adolescencia, pero también hasta los 20 ó 30 años. Es decir, esta evolución se define como “el periodo que empieza con los cambios hormonales, biológicos, la pubertad; y que termina en la edad en la que un individuo tiene un papel independiente y estable en la sociedad”.
El proceso de desarrollo del córtex prefrontal, aseguró Blakemore, es muy importante porque “la materia gris contiene la capacidad de conexión con otros, la sinapsis”. Con los años, y con la reducción de materia gris en el córtex, se produce una poda de esta sinapsis, de la sinapsis no deseada. Y eso, según Blakemore, depende en gran medida del entorno en que el animal o el humano se desarrolla. “Hay sinapsis que se utiliza, y se fortalece, y sinapsis que no se utiliza en un entorno y es podada”.
El cerebro social, sobre el que trabaja Blakemore y su equipo, “es la red de conexiones cerebrales que utilizamos para entender a otras personas, para interactuar con ellas”. El cerebro social nos ayuda a determinar lo buenos que somos leyendo los comportamientos de otras personas, sus gestos, sus acciones, sus expresiones faciales “en términos de sus emociones subyacentes y estados mentales”.
Durante el periodo de la adolescencia, el córtex prefrontal decrece, y esto puede deberse a que “adolescentes y adultos utilizan una mentalidad diferente, estrategias diferentes para tomar decisiones sociales”. “La capacidad de tener en cuenta la perspectiva de otras personas para guiar un comportamiento, sigue desarrollándose entre los adolescentes de mayor edad. Si tienes hijos adolescentes que tienen problemas para ponerse en el lugar del otro es verdad, los tienen”.
“A veces nos reímos de los adolescentes, los medios hacen parodias de los adolescentes, o los demonizan con los típicos comportamientos: toman riesgos, están de mal humor, se preocupan demasiado por su imagen”, comentó Blakemore. Y si bien hay referencias a los adolescentes a lo largo de la historia, ahora “intentamos entender su comportamiento en términos de los cambios subyacentes que están ocurriendo en sus cerebros”. “Sabemos que los adolescentes toman más riesgos que los niños o los adultos, en particular cuando están delante de sus amigos. Es un aspecto importante para hacerse independiente de sus padres e impresionar a sus amigos”, explicó Blakemore.
El sistema límbico también tiene mucho que decir en este comportamiento. Este sistema está involucrado en cosas como el procesamiento emocional y de recompensas, “da un sentimiento de recompensa después de hacer algo divertido”, como hacer algo arriesgado. Y esta región es mucho más fuerte a la hora de sentirse recompensado ante una actitud arriesgada entre los adolescentes que en el resto, mientras que el córtex prefrontal, que es la parte que evita que nos enfrentemos a riesgos innecesarios, todavía está en fase de desarrollo.
“El cerebro adolescente pasa por una etapa de desarrollo muy profunda, y eso tiene implicaciones en al educación, la rehabilitación e intervención. El entorno, incluyendo la educación, da forma al desarrollo del cerebro adolescente”, comentó. El problema es que un 40% de los adolescentes de todo el mundo no tienen acceso a educación secundaria y “este es un periodo de la vida en el que el cerebro es especialmente adaptable y maleable, es una oportunidad fantástica para aprender y para la creatividad”. Por eso en lugar de estigmatizar a los adolescentes por su comportamiento, hay que entender que estamos ante una oportunidad excelente para el aprendizaje y el desarrollo social”.
Por: Aránzazu Ibáñez
Fuente de información:
"Entramos en el cerebro adolescente: una oportunidad única para el aprendizaje y el desarrollo social"
marketingdirecto.com
http://www.marketingdirecto.com/especiales/neuromarketing/entramos-en-el-cerebro-adolescente-una-oportunidad-unica-para-el-aprendizaje-y-el-desarrollo-social/