martes, 13 de mayo de 2014

¿Cómo obtiene el cerebro su energía para aprender?






"El cerebro no es un eficaz productor de energía"

Constituye un 2% del peso del cuerpo de un adulto pero consume un 20% de la energía. Su fuente primordial es la sangre, que aporta nutrientes tales como glucosa, proteína, oligoelementos y oxígeno. El cerebro recibe unos 36 litros de sangre cada hora, unos 891 litros por día. Además, el agua aporta el equilibrio electrolítico para su correcto funcionamientoDesde el punto de vista educativo, la deshidratación es un problema común en las aulas escolares que ocasiona letargo y debilitamiento del aprendizaje (Hannaford,1995).  



"El cerebro utiliza una quinta parte del oxígeno del cuerpo"

Si se interrumpe el suministro de sangre al cerebro, perdemos la consciencia en pocos segundos. Por suerte, el cerebro generalmente obtienen suficiente oxígeno para su funcionamiento básico porque la arteria carótida asegura el suministro de sangre oxigenada fresca después de abandonar la zona pulmonar-cardíaca. Unos niveles mayores de atención y funcionamiento mental están vinculados con el aire de mejor calidad con menos dióxido de carbono y más oxígeno.



"Lo que mejor sabe hacer el cerebro humano es aprender"

Cuando algún tipo de estímulo llega al cerebro se desencadena un proceso que puede ser interno (una tormenta de ideas o un debate interno) o una nueva experiencia, como resolver un rompecabezas. Luego, el estímulo se distribuye y se procesa a varios niveles y, finalmente, tiene lugar la formación de una memoria potencial. Para nuestro cerebro, siempre estamos haciendo algo que ya sabemos hacer o algo nuevo. El aprendizaje a su vez hace que se modifique el cerebro, con cada nueva estimulación, experiencia y conducta el cerebro se modifica.Si estamos repitiendo un aprendizaje anterior, hay una buena oportunidad para que las vías neuronales se vuelvan cada vez más eficaces mediante la mielinización que es el proceso de añadir un revestimiento graso a los axones. Una vez que se ha producido tal proceso, el cerebro se vuelve mas eficiente. "Hanneke van Mier y Steve Peterson, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington, descubrieron que aunque muchas áreas del cerebro se “encienden” en una exploración PET cuando se inicia una nueva tarea, el cerebro se "enciende" menos y se utiliza menos cuanto mejor se aprende la tarea". Esta cualidad ilustra lo rápidamente que nuestro cerebro se adapta y se readapta. 


"El ejercicio es hacer lo que ya sabemos hacer y
 la estimulación es hacer algo nuevo"

"En la conducta intencional, se produce una convergencia multisensorial y se forma rápidamente el “mapa” en el hipocampo (Freeman, 1995), desde ahí se distribuye las señales a zonas específicas del cerebro". Hacer algo nuevo como ver una nueva película o leer un libro nuevo puede estimular el cerebro y en la medida en que sea coherente, la nueva estimulación mental o motora produce mayor energía eléctrica beneficiosa que lo antiguo y ya conocido. Esta nueva entrada de energía se convierte en impulsos nerviosos que viajan hacia estaciones de procesamiento y distribución como el tálamo. La estimulación eléctrica repetida fomenta junto con la entrada incrementada de nutrientes, el desarrollo celular mediante la ramificación dendrítica. Estas ramificaciones, nos ayudan a establecer más conexiones y nos permiten una mayor comprensión de lo que aprendemos.


"El cerebro es lo que tenemos y la mente es lo que hace"

La mente no es otra cosa que un proceso y si realmente estamos interesados en hacer una mejor educación, deberíamos valorar el proceso de aprendizaje tanto como el resultado. Nuestro cerebro es muy eficaz y adaptable. Lo que asegura nuestra supervivencia es adaptar y crear opciones. El aula convencional reduce nuestras estrategias de pensamiento y opciones de respuesta. Los educadores que insisten en planteamientos únicos y en la “respuesta correcta” están ignorando lo que ha mantenido viva a nuestra especie durante siglos. Los seres humanos han sobrevivido durante miles de años probando cosas nuevas, no obteniendo siempre la respuesta correcta, probada y cierta. 

¡Desarrollemos un sistema educativo en el que el cerebro pueda encontrar la energía que necesita!


Artículo basado en la publicación de:

Eric Jensen.
Cerebro y aprendizaje. Competencias e implicaciones educativas.
Ediciones Nacea,
Madrid, 2008.