Fuente: portal.maipu.cl |
Algunos datos sobre
investigaciones recientes relacionadas con los beneficios de la actividad física, a cualquier edad.
Comienzo con un estudio publicado en la revista The Journal of Physiology en 2013 que aporta datos sobre los efectos
positivos de la práctica del running. La investigación, realizada por el profesor Alejandro Lucía (Universidad Europea de Madrid) junto con otros científicos como Jonatan R. Ruiz (Universidad de Granada) y Michael Joyner (Anesthesiology at Mayo Clinic), aporta nuevas evidencias sobre los efectos positivos de los ejercicios de resistencia. El estudio afirma que no hay pruebas sólidas que apoyen la idea de que la práctica intensa de estos deportes aumente el riesgo de sufrir daños cardiovasculares. Por el contrario, actividades como el running o el spinning previenen problemas de corazón además de alargar la esperanza de vida. [1]
Otros
análisis sobre la práctica de ejercicio han demostrado que tanto
el ejercicio regular como el esporádico tienen efectos directos
e indirectos sobre el cerebro. Una
exploración pionera, también del 2013, es la realizada por el Dr. John Ratey y
publicada en su libro Spark-The
Revolutionary New Science of Exercise and the Brain sobre la conexión entre
el ejercicio y el rendimiento del cerebro, en el que muestra que incluso el
ejercicio moderado impulsa el potencial de los circuitos mentales que combaten
el estrés y mejora el pensamiento y la memoria. [2]
El cerebro es un órgano del que conocemos todavía muy poco
aspectos de su funcionalidad pero en la última década los estudios e
investigaciones científicas han aumentado considerablemente debido a la posibilidad de medir su actividad
funcional mediante la señal producida por los cambios dependientes del nivel de
oxigenación sanguínea (contraste BOLD) que ha convertido a la resonancia
magnética funcional (RMf) en una herramienta útil en la neurociencia cognitiva.[3]
En el Instituto
Beckman de Ciencia y Tecnología Avanzadas, que es un centro dependiente de la
Universidad de Illinois en Estados Unidos llevan ya años estudiando los efectos
de la actividad física en el cerebro. La revista PLoS ONE publicó en el pasado
mes de septiembre el último estudio de este instituto científico dirigido por
Art Kramer y Agnieszka Burzynska que revela que las personas mayores que
realizan regularmente actividades físicas de intensidad entre moderada y
vigorosa poseen una actividad cerebral más variable en reposo que aquellos que
no lo hacen. Esta variabilidad está asociada con un mejor rendimiento
cognitivo. El equipo que realizó el estudio examinó 100 personas con edades
comprendidas entre los 60 y los 80 años. Usaron con estas personas
acelerómetros para medir de forma objetiva su actividad física a lo largo de
una semana. A partir de los datos ofrecidos por resonancia magnética funcional
en los que observaron los cambios de los niveles de oxígeno en sangre en el
cerebro con el paso del tiempo, reflejaron la actividad cerebral de cada uno de
los participantes en reposo. Por otro lado, evaluaron la integridad
microscópica de las fibras de materia blanca de cada persona, las cuales
transportan impulsos nerviosos e interconectan el cerebro. Los resultados obtenidos fueron que la actividad cerebral espontánea
mostraba más fluctuaciones de un momento al siguiente en los sujetos más
activos. En promedio, las personas mayores que eran más activos tenían una
mejor estructura de la materia blanca que sus homólogos más sedentarios. Esto
sugiere que aquellos que se mantienen en buena forma física son más flexibles
tanto cognitivamente como en términos de función cerebral más general, que sus
homólogos más sedentarios.
En un
estudio anterior realizado por este mismo instituto, los investigadores
mostraron que en algunas de las mismas regiones del cerebro, las personas
mayores que realizaban actividad física tenían asimismo un mejor rendimiento en
tareas cognitivas complejas, especialmente en tareas de inteligencia y memoria.
Por lo tanto, una mayor capacidad cardio-respiratoria y la actividad física en
la vejez se asocian con una mayor integridad estructural y funcional del
cerebro y un mayor rendimiento cognitivo.
Por último, Alicia
Carrera Hernádez, graduada en Enfermería por la Universidad Pública de Navarra
también ha centrado su Trabajo de Fin de Grado en los beneficios del deporte en
la salud, realizando un trabajo centrado en el Running. En su proyecto se plantea un programa
de educación grupal, principalmente, como método de estudio para observar y
valorar los cambios en las distintas constantes vitales de los deportistas en
fase de iniciación. Es una propuesta con la que se pretende concienciar y
motivar a múltiples sectores de la población. Así mismo, que adquieran diversos
conocimientos, actitudes y habilidades en sus autocuidados, manteniendo una
práctica rutinaria y constante de este deporte y un estilo de vida saludable. [4]
Los estudios longitudinales y de intervención en curso arrojarán más luz sobre el potencial de SDBOLD en la detección de cambios en la función cerebral como consecuencia del aumento de actividad física, estimulación cognitiva, y los suplementos dietéticos.
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[1] Jonathan R. Ruiz, Michael Joyner
& Alejandro Lucia. Cross
Talk opposing view: Prolonged intense exercise does not lead to cardiac damage.
DOI: 10.1113/jphysiol.2013.257147
[2]
John J. Ratey, MD, is an Associate Clinical Professor
of Psychiatry at Harvard Medical School "Spark-The
Revolutionary New Science of Exercise and the Brain".
[3]
Greicius M. Resting-state functional connectivity in neuropsychiatric disorders.
Curr Opin Neurol 2008; 21: 424-30.
[4] Carrera
Hernández, Alicia. Beneficios del deporte en la salud- Estudio centrado en el
Runnig. Trabajo de Fin de Grado dirigido por Barricarte Gurrea, Aurelio, Universidad
Pública de Navarra,2015. Alicia Carrera Hernández.pdf (1.282Mb) < http://academica-e.unavarra.es/handle/2454/18694
> http://hdl.handle.net/2454/18694
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