viernes, 25 de marzo de 2016

El efecto sorpresa en el aprendizaje.


"Crecer no es fácil, es un proceso que supone ganar madurez y aprendizajes pero con el que vamos perdiendo y apagando poco a poco ciertos comportamientos y actitudes de la infancia como son: la espontaneidad, la curiosidad y la capacidad de sorprendernos ante las cosas que de adultos nos parecen normales."



Este artículo está centrado en la reflexión sobre el factor sorpresa, un elemento muy presente en el aprendizaje durante la infancia y que a partir de la adolescencia parece "adormilado". Es de gran interés para el aprendizaje de los adolescentes aportar métodos didácticos que sorprendan y que despierten su atención para un aprendizaje de éxito.

Hay numerosas teorías y modelos que tratan de dar explicación a la forma en la que los humanos y demás animales aprendemos. El aprendizaje, también denominado "etiquetado conductual" dentro del paradigma conductual, es reforzado –y se mantiene en el largo plazo- cuando en el cerebro se da un proceso de síntesis proteica. Se genera este proceso cuando el cerebro recibe estímulos inesperados y hace que todo lo aprendido durante ese período se recuerde por más tiempo. A partir de esta tesis se podría afirmar que el aprendizaje se da gracias al efecto sorpresa de acontecimientos inesperados y no con los acontecimientos que se prevén. 

Una de las teorías sobre la importancia del concepto de sorpresividad en lo que al proceso de aprendizaje se refiere es el modelo de Robert Rescorla y Allan Wagner (Rescorla y Wagner, 1972; Wagner y Rescorla, 1972). Es un modelo asociativo para el aprendizaje que, a día de hoy, sigue siendo un modelo de referencia. La principal característica del modelo es que asume que en un ensayo de condicionamiento el aprendizaje sólo tiene lugar si el estímulo incondicionado (EI) es sorprendente. Rescorla y Wagner sugieren en su teoría que la fuerza asociativa entre un EC (aquel que provoca un reflejo por asociación con un estímulo incondicionado) y un EI  (aquel que provoca un reflejo sin necesidad de aprendizaje) aumenta en cada ensayo de aprendizaje hasta que el EC predice completamente el EI y éste deja de ser sorprendente, punto en el cual dicha fuerza alcanza su máximo posible.Si el EI no se espera (es decir, si es sorprendente), el animal aprenderá algo sobre los ECs que lo precedieron (necesita aprender para poder predecir mejor en un futuro). Wagner (1981) sugirió que un estímulo sorprendente tiene un mejor procesamiento en nuestra memoria a corto plazo y por lo tanto mayor probabilidad de mantenerse en nuestra memoria a largo plazo.

En el 2001, un grupo de investigadores británicos y australianos detectó mediante imágenes de resonancia magnética la zona del cerebro que se activa durante el aprendizaje basado en hechos impredecibles. Esta región va perdiendo actividad a medida que el individuo se familiariza con las tareas, pero la vuelve a recuperar en el momento que se produce un hecho imprevisto. El estudio fue publicado en la revista "Nature Neuroscience" y en él se reveló que la región cerebral implicada en el aprendizaje está involucrada también en la toma de decisiones basada en las emociones. 

En Argentina en el 2013, un grupo de expertos del Laboratorio de Memoria del Instituto de Biología Celular y Neurociencia (IBCN) dirigido por la investigadora Haydée Viola realizó un estudio con 1.600 alumnos entre siete y nueve años cuyo resultado fue que "los niños que realizaron una actividad sorpresa de solo 15 minutos antes o después de la clase retuvieron más del 60 por ciento de lo aprendido". Haydée Viola explicó que el cerebro recibe estímulos inesperados y hace que todo lo aprendido se recuerde por más tiempo. “Con esta investigación realizada por primera vez en humanos, continuaremos buscando nuevos datos para entender este fenómeno” dijo. El método didáctico ideado por Fabricio Ballarini fue aplicado en ocho colegios de Educación Primaria de Buenos Aires y consistió en una breve y divertida clase de ciencia, que dictó de manera sorpresiva a algunos alumnos de segundo a quinto grado. Antes o después de esta clase, se les leyó a todos los niños un cuento con la intención de que lo aprendieran. Al día siguiente se les evaluó a todos y los que habían recibido la clase sorpresa de ciencia recordaron un 60% más del cuento que quienes no habían participado de esa actividad novedosa. Cuando se midieron los resultados de las preguntas más difíciles la diferencia fue aún más abrumadora. Fabricio Ballarini comentó:  “Es notable que docentes y directivos creen que el problema son los chicos, su falta de atención y de estímulos, que el colegio no los divierte, que aprenden por otros medios, que las computadoras... Eso existe, sin duda, pero se pueden elaborar estrategias para modificarlo”. En conclusión determinaron que los niños mejoraban su aprendizaje cuando se les enseñaba algo novedoso, en un lugar distinto al habitual y cuando la clase la impartía alguien que no conocían. 

Para concluir destaco las palabras de Polo Vallejo, musicólogo, pedagogo y compositor en un ciclo de conferencias sobre la felicidad en tiempos difíciles en 2013: “Sorprender es sinónimo de asombrar, de despertar sensaciones capaces de potenciar la sensibilidad individual o colectiva. La música es un excelente transmisor de afectos, recurre en ocasiones al elemento sorpresa para activar nuestra escucha. Gracias al ingenio de compositores y a la sabiduría implícita en las músicas tradicionales, descubrimos que lo inesperado es siempre un recurso infalible para atrapar la atención y, por tanto, para avivar la emoción”.

Es impracticable sorprender a los alumnos todos los días del año pero podemos elaborar estrategias de aprendizaje que despierten en nuestros adolescentes la curiosidad por aprender basándonos en el efecto sorpresa y por qué no en la música, muy apreciada en estas edades.

Aránzazu Ibáñez

Fuentes de información:

- Modelo de Rescorla-Wagner, página 127. Teorías del aprendizaje. Psicología del aprendizaje, UNED.

- Suplemento El Mundo, 22 de Septiembre de 2001, número 447. El efecto sorpresa facilita el aprendizaje.

-  "Una sorpresa refuerza tu memoria", revista QUO, 27 de agosto de 2013, estudio publicado en PLOS ONE.


- Educar al cerebro: nuevas técnicas para mejorar el nivel de los alumnos. Perfil.com, 20 julio de 2014.


- El factor sorpresa y su efecto en las emociones, con el compositor y pedagogo Polo Vallejo. El musicólogo, pedagogo y compositor Polo Vallejo cierra el jueves, 21 de noviembre, el ciclo sobre la felicidad en tiempos difíciles. Fundación Botín, www.fundacionbotin.org

5 comentarios:

  1. HOla! muy interesante tu blog, y tus entradas. Estoy totalmente de acuerdo que este factor sopresa tiene mucho que ver con las estrategias docentes que presentemos en la clase. Siempre sostengo que el mejor recurso es "uno mismo". No todos tienen la misma capacidad de llegar a su alumnado y sorprender! Es un tema que invita a la reflexión. Por lo tanto, lo comparto en las redes.
    Gracias
    Silvina
    silvina-porelcaminodelasemociones.blogspot.com.es

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  2. Hola. Muy de acuerdo con lo que planteas. de hecho creo que cuando hablamos de "buenos profesores/maestros" a cualquier nivel del sistema educativo en realidad nos referimos a aquellos docentes que saben "sorprender" mejor a sus alumnos. Ello trae consigo que los mantienen más atentos ("enganchados") más tiempo. Y claro, luego viene todo lo del aprendizaje significativo consecuente. Gracias por el artículo.

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