La endorfina, conocida también como la “morfina endógena” es un neurotransmisor que tiene acción analgésica. Regula el dolor y la nocicepción corporal (percepción del dolor y su respuesta corporal).
Se produce en la glándula pituitaria y en el hipotálamo del ser humano durante el ejercicio, la excitación, el dolor, el consumo de alimentos picantes o chocolate.
Las endorfinas actúan en el sistema límbico, que es el área del cerebro responsable del placer. Son opiáceos naturales del organismo que puede
ser hasta 20 veces más potentes que los medicamentos contra el dolor que se
venden en las farmacias.
Los efectos más directos de las endorfinas son: promueve la calma, crea un estado de bienestar, mejora el humor, reduce el dolor, retrasa el proceso de envejecimiento, potencia las funciones del sistema inmunitario, reduce la presión sanguínea y contrarresta los niveles elevados de adrenalina asociados a la ansiedad.
“El doctor Daniel
Carr, del Massachusetts General Hospital, registró un aumento
significativo en la liberación de endorfinas en grupos de corredores
voluntarios y profesionales cuando corrían durante tiempos prolongados.
La principal acción de
las endorfinas es bloquear los detectores del dolor en el cerebro. Las zonas
del cerebro implicadas en la liberación de endorfinas para producir analgesia
se encuentran en el encéfalo y el mesencéfalo. Cuando nos damos un golpe
sentimos dolor en el momento mismo, pero al cabo de unos segundos generalmente
éste desaparece o se atenúa. Podemos decir que el cuerpo ha reaccionado al
dolor sintetizando las endorfinas necesarias para atenuarlo”.
Curiosamente, las endorfinas tienen una estrecha relación
con la liberación de ACTH, una de las hormonas que se liberan durante el
estrés. "En 1977 los doctores Roger Guillemin y Floyd Bloom del Instituto Salk establecieron
que la ACTH y un tipo de endorfina, la beta-endorfina, se originan a partir de
la misma proteína, llamada POMC. Ambas sustancias tienen un comportamiento
cíclico durante las 24 horas, en las que su liberación aumenta o disminuye
dependiendo de la hora del día o las necesidades a las que está expuesto el
organismo". El grupo de las ß-endorfinas, es el de mayor importancia clínica debido a su gran potencial analgésico (de manera natural su producción es más intensa cuando sufrimos dolor).
Además, la música también provoca una importante liberación de endorfinas, consiguiendo una disminución de la frecuencia cardiaca y respiratoria, así como una importante relajación muscular.
Si seguimos la cadena, conseguiremos completar el círculo de la salud que se completaría con una alimentación saludable y la visualización de la vida desde una perspectiva positiva que optimice la autoconfianza y renueve las energías.
Aránzazu I.
Fuente de información:
- Abascal Carranza, Juan Bosco La fórmula nutricional básica del amor. Editorial Digital UNID.
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