En la adolescencia temprana ocurren dos grandes cambios en la estructura cerebral:
- Se da un incremento en la mielina de la corteza frontal. La mielina es una sustancia lipoproteica que actúa como aislante y recubrimiento de la extremidad de la neurona conocida como axón. Su propiedad aislante le confiere a la neurona la capacidad de acelerar la conducción o impulso nervioso.
Este acto anatómico del aumento
del impulso nervioso
se reflejará
en cambios en la conducta del adolescente.
del impulso nervioso
se reflejará
en cambios en la conducta del adolescente.
- Otro cambio importante es lo que podría llamarse “la poda o recorte” de las uniones neuronales (sinapsis) en la corteza cerebral. Este acto, aunque no es súbito, es lo suficientemente rápido como para generar desaciertos y torpezas que hacen que adolescente parezca que no cabe en ningún lugar. Como en cualquier proceso biológico, los periodos de cambios rápidos en el desarrollo señalan una marcada sensibilidad y vulnerabilidad, tanto en los cambios dependientes de la experiencia como en el de las consecuencias adversas de la perturbación y del insulto.
Por tanto,
no sería difícil
comprender por qué
las perturbaciones propias
del desarrollo del cerebro del adolescente
dejan una huella distintiva en el comportamiento del adulto.
La adolescencia marca la entrada a un periodo de cambios neurobiológicos sustanciales, con efectos significativos en la cognición, en lo social y en el desarrollo emocional.
Más específicamente se ha propuesto que la adolescencia involucra un cambio en la dirección del control del comportamiento.
Cualquier estímulo, lo suficientemente fuerte como para evocar una respuesta, reforzará o aumentará el número de conexiones sinápticas, las cuales posiblemente perdurarán por toda la vida. Actualmente se reconoce a la adolescencia humana como un gran periodo dinámico del desarrollo neuronal donde los circuitos del comportamiento se remodelan y se redefinen. Varios estudios han señalado lo impredecible del desempeño cognitivo del adolescente una vez transite este periodo.
La habilidad mental puede mejorar o empeorar en una escala mucho mayor de lo que se pensaba hasta el momento.
La secreción de hormonas sexuales en la pubertad coincide con el período de la adolescencia, el cual ocurre entre los 12 y los 20 años de edad, en los seres humanos. Las hormonas de la pubertad actúan no sólo sobre el tejido periférico causando la aparición de las características sexuales secundarias, que son las señales obvias de la pubertad, sino que además actúan centralmente influyendo en la remodelación del cerebro adolescente y en la maduración del comportamiento.
Aún más, las modificaciones fisiológicas y neurológicas que surgen como consecuencia de las hormonas de la pubertad impulsan cambios significativos en la experiencia individual, las cuales por sí mismas pueden alterar profundamente el desarrollo del cerebro.
Durante este periodo el adolescente comienza a reconocer al otro, ha entender las emociones, las intensiones y las creencias de los demás. En especial identifica aquellos que son sus iguales. Algunos estudios sugieren que la adolescencia se caracteriza por estos cambios de fuerte contenido social, incluyendo un alto grado de autoconsciencia, un aumento en la importancia y complejidad en las relaciones entre iguales, al igual que una mejora en el entendimiento de otros.
Aránzazu Ibáñez
Fuente:
RAFAEL H. PAGÁN SANTINI
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