Teniendo en cuenta las palabras de Rodari, dos son los aspectos importantes que hay que tener en cuenta en esta etapa:
1º- Una buena orientación que anime a los jóvenes a materializar sus intereses lectores. Se trata de una tarea difícil si previamente no se ha adquirido el hábito lector, pero no imposible. Hay algunos jóvenes que buscan dar respuestas a los problemas existenciales en la soledad y en la reflexión. Así que nunca es tarde para animar a leer, desde casa o desde las aulas a los adolescentes. Siempre existe la posibilidad de llegar a ellos partiendo, sobre todo, de sus motivaciones afectivas.
Aunque en la adolescencia el despertar de la afición por la lectura suele depender más de la influencia del profesor y de la práctica educativa, restringirlo sólo a ese ámbito puede conducir al fracaso. De cualquier manera, se debe partir de la motivación por el contagio, enfocando las lecturas como una actividad placentera, lúdica, amena.
El entusiasmo que muestra quien ama los libros al hablar de ellos es una de las recetas más efectivas. El acto de leer no debe estar precedido por la imposición. Todo lector tiene derecho a leer lo que más le guste, a dejar el libro a medias, a empezar por el final, a criticarlo o a no leerlo si no lo desea.
Sin embargo, es importante no dejar al adolescente solo ante lo leído, sobre todo cuando hay problemas de comprensión. Crear sistemas de lectura paralelos, discutiendo, comentando, transformando los libros…, hace de su lectura una experiencia compartida mucho más enriquecedora.
Aránzazu Ibáñez
Fuente de información,
< http:// www.planlectura.es/recursos/familias/acercarlectur.php >
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