martes, 23 de julio de 2013

Los efectos nocivos de la obesidad y dietas altas en grasas (High-fat diets) en el desarrollo cognitivo.

La obesidad y las dietas altas en grasa (HF) tienen un efecto nocivo sobre la función del hipocampo y dan lugar a alteraciones en la plasticidad sináptica y déficit de aprendizaje. 

El desequilibrio nutricional provocado por estas dietas podría afectar al recorrido que realiza el glutamato (Glu) dentro del hipocampo según un estudio realizado por el grupo de investigación liderado por los investigadores de la Universidad CEU San Pablo, Nuria del Olmo y Mariano Ruiz-Gayo.

El ácido glutámico (glutamato) es un aminoácido no esencial que actúa en el organismo y está relacionado con la síntesis de proteínasEs el neurotransmisor excitador (estimulante) más común en el sistema nervioso centralSu papel como neurotransmisor está mediado por la estimulación de receptores específicos, denominados receptores de glutamato. Todas las neuronas contienen glutamato (GLU), pero solo unas pocas lo usan como neurotransmisor. El glutamato desempeña un papel esencial en la relación con los procesos de transaminación, es decir, la reacción entre un aminoácido y un alfa-cetoácido, en la que el grupo amino es transferido de aquel a éste, con la consiguiente conversión del aminoácido en su correspondiente alfa-cetoácido.

Tomados en conjunto, los resultados sugieren que las dietas HF (High-fat) desencadenan cambios neuroquímicos, que conducen a una desensibilización de los receptores de NMDA en el hipocampo, lo que podría explicar déficits cognitivos.

El estudio se ha llevado a cabo en dos grupos de ratones: a uno de ellos se le suministró una dieta en la que el 45 por ciento de las calorías procedía de grasas saturadas, y el segundo recibió una dieta convencional que tenía el mismo número de calorías que la anterior pero en cuya composición predominaban los hidratos de carbono.

Además los expertos han desvelado, según un artículo publicado en el Diario Siglo XXI [que los animales en edad adolescente desarrollaron cierta obesidad y presentaron importantes disfunciones cerebrales, sobre todo relacionadas con la memoria. Por el contrario, los ratones adultos que recibieron la misma dieta no sufrieron alteraciones de la memoria, a pesar de que también fueron obesos].

[Para poner a prueba la memoria de los ratones, los expertos emplearon un 'test' de reconocimiento espacial. Este 'test' se basa en el hecho de que los ratones sienten más interés por los objetos nuevos que por los ya conocidos, de forma que un animal capaz de "recordar" un objeto, pasa más tiempo explorando el objeto nuevo que el antiguo. De esta forma, se comprobó que aquellos sujetos que habían ingerido más grasas saturadas durante la etapa adolescente habían perdido la capacidad de discriminar entre el objeto conocido y el nuevo, lo que no ocurrió en individuos adultos].

[Esta alteración de la conducta estaba acompañada por cambios en la estructura neuronal que afectaba, sobre todo, al hipocampo, una zona del cerebro relacionado con la memoria. También se observó que en esta parte del cerebro había una pérdida parcial del efecto de la leptina]
La leptina es una hormona de muy reciente descubrimiento (1994) que trabaja a nivel del sistema mensajero y se encarga de regular el peso de nuestro cuerpo.

["Todo esto puede deberse a que el cerebro es más susceptible a las grasas saturadas durante la adolescencia, y especulan con la posibilidad de que este tipo de dietas genere cambios hormonales que afectan a la maduración de algunas áreas del cerebro", han asegurado los expertos].

Fuente de información:

High-fat diets induce changes in hippocampal glutamate metabolism and neurotransmission.
Ismael Valladolid-Acebes, Beatriz Merino, Antonio Principato, Alberto Fole, Coral Barbas, María P. Lorenzo, Antonia García, Nuria Del Olmo, Mariano Ruiz-Gayo and Victoria Cano.
Am J Physiol Endocrinol Metab 302:E396-E402, 2012. First published 22 November 2011;
doi: 10.1152/ajpendo.00343.2011



El ácido glutámico y su papel en la salud del cuerpo:


Las grasas saturadas pueden afectar al desarrollo cognitivo de los adolescentes. Diario Siglo XXI, sección: consumo y calidad de vida:


Más información sobre obesidad, pincha sobre este título: OBESIDAD EN JÓVENES

En la adolescencia saltarse el desayuno o peor aún, no desayunar ni almorzar es un gran error.

La importancia del desayuno.

Niños comiendo uvas.
Murillo
Un desayuno bien planificado asegura el aporte de nutrientes a través de los alimentos para afrontar el día con energía y no tener déficits de glucosa que repercuten negativamente en el rendimiento físico y escolar. Hay que tener en cuenta que el organismo lleva entre 10 y 12 horas sin recibir ningún alimento. Conviene que el adolescente se levante con tiempo y dedique los primeros minutos a las actividades de aseo y cuidado personal antes, para así generar sensación de hambre. Cualquier persona que realice un buen desayuno, mejorará su estado nutricional y también su rendimiento.

• Mejora de su estado nutricional: tomar un buen desayuno ayuda a tener ingestas más altas de la mayor parte de los nutrientes que el organismo precisa a lo largo del día. Los adolescentes que no desayunan suelen tener una dieta de peor calidad, mientras que quienes lo hacen adecuadamente, suelen hacer una dieta menos grasa, más rica en hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales…

• Control del peso: la práctica de repartir las calorías durante el día en 4 ó 5 tomas hace que no se sobrecargue el resto de las comidas del día. Un desayuno adecuado, ayuda a reducir el contenido graso de la dieta diaria y contribuye a evitar que se pique entre horas, factor muy importante a la hora de controlar el peso.

• Rendimiento escolar, físico e intelectual: quienes no desayunan ponen en marcha una serie de mecanismos en el organismo (descenso de la insulina y aumento de cortisol, catecolaminas…) para mantener la glucemia en niveles aceptables. Estos cambios hormonales alteran o condicionan la conducta e influyen negativamente en el rendimiento físico y escolar. 

• No desayunar es una mala costumbre. Un buen desayuno debe contener raciones de los siguientes grupos de alimentos:

Cereales: pan, cereales, tostadas, galletas…
Lácteos: leche o yogur o queso u otros derivados lácteos sencillos.
Fruta o su zumo.
Otros: aceite de oliva virgen extra, jamón, mantequilla o margarina (con moderación), mermelada o miel, …

A pesar de todo lo expuesto, algunos adolescentes no son capaces de desayunar por distintos motivos, y por ello es muy importante que al menos almuercen, consiguiendo de este modo que se incluyan alimentos que son básicos para mantener un buen ritmo de crecimiento y desarrollo y para evitar la repercusión negativa del ayuno sobre el rendimiento tanto físico como intelectual.



El almuerzo.
... El almuerzo.
Velázquez

El almuerzo debe ser una parte habitual de la alimentación del adolescente, para evitar que transcurran muchas horas desde el desayuno hasta la hora de la comida. Igualmente conviene que no sea muy consistente para no quitar el apetito a la hora de la comida. Se recomienda seguir las siguientes indicaciones: asegurarse de que sea equilibrado (debe incluir fruta o zumo, algún lácteo o bocadillos tradicionales con jamón, fiambres de pollo o pavo, quesos suaves u otros embutidos no más de tres veces por semana) y se debe evitar el consumo, al menos cada día, de repostería o pastelería comercial u otros alimentos con mucha grasa y azúcar.

Variedad de almuerzos: dulces (a- pan con crema de chocolate y yogur de frutas, b- pan con queso y membrillo y fruta o zumo de brick, c- galletas y yogur de frutas, d- yogur con cereales y fruta o zumo de brick, etc.) o salados (a- bocadillo de fiambre, queso y fruta o zumo de brick, b- pan con tomate, aceite oliva, queso y fruta o zumo de brick, c-bocadillo vegetal con atún y fruta o zumo, etc.)



Por: Aránzazu Ibáñez



Fuente de información:
Fundación Eroski. Cómo alimentarnos según edad y tipo de trabajo.
http://trabajoyalimentacion.consumer.es/documentos/12-18/error.php

sábado, 13 de julio de 2013

Vacaciones con hijos adolescentes



Fuente imagen:
Teenager'summer
Xosé Castro



Las familias con hijos adolescentes tienen que hacer frente en verano a una serie de contrariedades desde cómo viajar con un adolescente que sólo desea estar con sus amigos, a cómo organizar el verano si él ha suspendido alguna asignatura, o cómo hacer para que aproveche las vacaciones de forma activa. A pesar de todo esto, es una época en la que disponemos de más tiempo libre y, por tanto, es un buen momento para buscar un acercamiento con nuestro hijo.

El mundo de los adolescentes está centrado en su grupo de amigos y con ellos encuentran satisfechas todas sus necesidades de comunicación. Consideran que sus amigos son los únicos capaces de entenderlos y es con ellos con quienes comparten formas de ver la vida, inquietudes y diversión.

Para los adolescentes, sus padres son personas que ponen límites a su vida y que les reprenden determinadas conductas. Surge por tanto, en esta etapa un distanciamiento con los padres.
Para que esto no ocurra o para que el distanciamiento sea menor, es necesario haber establecido con anterioridad un vínculo de confianza entre ambos y haber asentado unas bases de comunicación. No obstante, en mayor o menor medida se produce un distanciamiento y una disminución de la comunicación, por lo que deberíamos buscar momentos propicios para lograr una relación más estrecha con nuestros hijos.

En las vacaciones se presentan buenos momentos para compartir con los hijos, son oportunidades que bien aprovechadas van a dar lugar a un acercamiento con ellos. Se comparten actividades y momentos de ocio y surge de forma espontánea la conversación.

Tanto hijos como padres disponen de tiempo libre en vacaciones, no están sujetos a horarios ni tienen obligaciones que cumplir fuera de casa. El ambiente familiar es más distendido y relajado. Esto afecta tanto al adolescente, que deja de estar a la defensiva y se integra más en el ámbito familiar, como a los padres, que deben estar dispuestos para dedicarles tiempo a sus hijos. Así llegarán a conocerlos más y a establecer unos hábitos de comunicación y confianza que deben mantener tras las vacaciones.


Ir de viaje con un hijo adolescente conlleva algunas complicaciones. No podemos olvidar que los adolescentes sufren continuos cambios de humor, son discutidores o excesivamente callados, no desean divertirse con los padres y echan de menos a sus amigos. Es decir, hay una serie de factores que nos alejan de las expectativas de disfrute y descanso que esperamos de un viaje en nuestras vacaciones.


  • Para que nuestro hijo no se sienta obligado y disfrute del viaje con nosotros, debemos hacerle comprender que él dispone de mucho tiempo vacacional y que sólo una pequeña parte de ese tiempo va a estar exclusivamente con su familia.

  • También debe comprender el atractivo de conocer lugares nuevos y de ver las costumbres de otras gentes, sus comidas y sus paisajes y pensar en el viaje como una experiencia interesante que podrá contar a sus amigos.

  • Es importante hacer que se ilusione con el viaje, dejándole participar en la programación del mismo, escuchando y aceptando algunas sugerencias suyas y dándole encargos como, por ejemplo, buscar información sobre el lugar que vamos a visitar. No debe olvidar sus entretenimientos personales.

  • Los padres, por su parte, deben procurar que el viaje conste de una parte que interese a su hijo como puede ser la visita a un parque temático o a un campo de fútbol o hacer excursiones en bicicleta o a caballo. Se trata de que todos disfruten y que sea una experiencia agradable para todos.

¿Y cuando un adolescente suspende una asignatura para el verano?

Es probable que afecte a los planes de vacaciones de toda la familia que pueden incluso tener que ser modificados.

En algunos casos, el suspenso de un hijo nos obliga a reducir el tiempo de vacaciones fuera de la ciudad, a cambiar las fechas o el lugar de destino. Todo esto, con el objetivo de acoplar el tan deseado descanso de la familia con el plan de estudio de nuestro hijo y ayudarle de esta forma a aprobar en septiembre.

En muchos casos, además de tener que aprobar la asignatura suspensa, tienen que examinarse de la prueba de acceso a la universidad, lo que dificulta más las vacaciones y condiciona aún más a la familia.

El adolescente debe ser consciente de su falta de responsabilidad al suspender y de la repercusión que su resultado académico ha tenido en el resto de la familia. Pero es el momento de buscar soluciones y no de los reproches ni de las quejas.

Debemos ayudarle para que se organice bien, compaginando estudio y ocio. Para ello, es recomendable elaborar un plan de estudio diario que debe cumplir rigurosamente. En el plan debe quedar determinadas las horas de estudio diarias, según el número de asignaturas y la dificultad de las mismas y la hora en la que debe comenzar a estudiar.

Es preferible que empiece a primera hora de la mañana, ya que el rendimiento a esta hora es mayor al estar más descansado, y dejar un día libre a la semana para descansar y disfrutar de su tiempo libre.



¿Cómo evitar el aburrimiento?

Podemos observar cómo muchos adolescentes caen en el aburrimiento cuando llegan las vacaciones. El tiempo de ocio lo convierten en no hacer absolutamente nada y pura pasividad. Lo transforman en auténticos actos de pereza con la excusa de estar descansando. Dejan pasar los días de vacaciones sin ocupar el tiempo en cosas que le enriquezcan o le hagan disfrutar.

Ante esto, los padres deben evitar que su hijo caiga en la rutina diaria de no hacer absolutamente nada. En primer lugar, deben hacerle reflexionar sobre la importancia de aprovechar el tiempo y de tener unas vacaciones activas, orientándoles sobre algunas actividades que puedan realizar o trabajando como voluntarios en alguna organización.

Deben hacerles entender que el tiempo de vacaciones deben dedicarlo a conocer a otras personas, a mejorar su nivel intelectual, disfrutar de la naturaleza, hacer deporte, etc. Comprender que hay un sinfín de actividades para disfrutar del tiempo de ocio y que la pasividad del sofá o de la casa, sólo les hará desaprovechar un maravilloso verano.




Por: Aránzazu Ibáñez


Fuente de información:

PulevaSalud.com

Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica. Psicóloga escolar
Centro de Psicología Alarcón (Granada)
http://www.pulevasalud.com/ps/subcategoria.jsp?ID_CATEGORIA=103509