Serpientes acuáticas IV
El sueño es un estado de la conciencia en el que el cerebro se comporta de forma distinta que en la vigilia. Durante el sueño existen dos tipos principales de estado cerebral: REM (Rapid Eye Movement) en el cual los músculos del cuerpo se encuentran paralizados excepto los ojos y se sueña más; y el sueño de ondas lentas, en el cual los músculos ya no están paralizados y la actividad cerebral es menor.
Incipientes estudios científicos han confirmado la influencia del sueño en el aprendizaje, comprensión y memoria. Durante el sueño se reactivan las regiones utilizadas para llevar a cabo funciones cerebrales durante la vigilia, permitiendo que tenga lugar la consolidación del aprendizaje (mantiene determinadas sinapsis, elimina otras, refuerza conexiones de áreas corticales y procesos cognitivos, especialmente los relacionados con la memoria). Además de esto, durante el sueño las neuronas se regeneran en el hipocampo, lo que es, sin duda, beneficioso para todas las funciones cerebrales.
El sueño en la adolescencia suele retrasar su aparición (por cambios bioquímicos), pero es recomendable dormir, al menos, nueve horas ya que durante el sueño se produce la consolidación de los conceptos y la regeneración de neuronas en el hipocampo.
Los investigadores han descubierto que nuestro cerebro posee un mecanismo compensatorio en condiciones de privación de sueño, como resultado del cual las áreas parietales llevan a cabo tareas que, en caso de haber dormido, cumplirían otras regiones.
Una investigación reciente de Nicolas Dumay, investigador belga del Basque Center on Cognition, Brain and Language (BCBL), ha demostrado que el sueño contribuye a fijar en el cerebro los conocimientos adquiridos durante el día.
La investigación de Dumay, que ha sido publicada en la prestigiosa revista científica Cognition, especializada en el estudio del cerebro, ha probado que durante las horas de sueño el cerebro revisa las palabras aprendidas durante el día, mejora las habilidades lingüísticas y fija las palabras aprendidas.
El científico del BCBL ha empleado el aprendizaje de palabras nuevas para probar sus hipótesis sobre la actividad cerebral durante el sueño.
Según Dumay, que desarrolló el experimento con vocabulario en inglés, “las palabras luchan entre ellas por el acceso a la memoria en nuestro cerebro”, y este experimento demuestra que “sólo después de dormir las palabras recién aprendidas logran el estatus de palabra asimilada”.
Dumay asegura que el cerebro asimila más fácilmente las palabras aprendidas durante la noche, antes de dormir, ya que durante el día el cerebro tiene muchos otros estímulos que interfieren con las palabras aprendidas por la mañana.
En conclusión, unos buenos hábitos de sueño y dormir las horas recomendadas pueden tener efectos muy positivos en el aprendizaje, ya que ayudan a consolidar los conceptos aprendidos y se regeneran neuronas necesarias para seguir comprendiendo y entendiendo el medio que nos rodea, a la mañana siguiente.
Por: Aránzazu Ibáñez
Fuente de Información:
Nieves Maya Elcarte
Santiago Rivero Rodrigo
Prólogo y Dirección Científica de Francisco José Rubia Vila
Conocer el cerebro
para la excelencia en la educación
Innobasque – 2010
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Parque Tecnológico de Bizkaia
Basque ResearchSitio web de
http://www.basqueresearch.com/berria_irakurri.asp?Berri_Kod=3907&hizk=G
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