viernes, 24 de agosto de 2018

TEP, un método de investigación en Neurociencia


Una tomografía por emisión de positrones (TEP) muestra cómo están funcionando los órganos y tejidos.

Se diferencia de la resonancia magnética (MRI) y tomografía computarizada (CT). Estos exámenes muestran la estructura y el flujo de sangre hacia y desde los órganos. Regularmente se utilizan las máquinas que combinan TEP con las imágenes de la TC, se llaman TEP/TC.




El método de Tomografía por Emisión de Positrones (TEP) permite determinar el nivel de actividad metabólica de cada zona del cerebro, dado que dicho metabolismo se incrementa en las regiones con mayor actividad neuronal. Esta técnica aprovecha la necesidad de los tejidos de determinadas sustancias químicas como el oxígeno, el hidrógeno o la glucosa

Se marca radiactivamente una de estas sustancias y se inyecta en sangre para conseguir que quede fijada al tejido que la consuma. Una vez fijada, los átomos inestables del isótopo liberan positrones que se aniquilan al contactar con electrones de otros átomos circundantes. Dicho proceso de aniquilación genera dos fotones que se desplazan a la misma velocidad pero en sentido opuesto. El tomógrafo detecta los fotones y así es capaz de mapear el origen del proceso de aniquilación protón-electrón y estimar la localización del proceso metabólico de interés. Algunos de los trazadores radiactivos más empleados en esta técnica son: carbono 11, nitrógeno 13, oxígeno 15 o flúor 18.

La técnica TEP permite realizar estudios sobre flujo sanguíneo regional, transporte de sustancias a través de las membranas, mapeo de proyecciones axonales, medidas de plasticidad neuronal, o el estudio de la acción de una sustancia química en los diferentes subsistemas  del cerebro (por ejemplo, el estudio de una droga). Otro ejemplo de utilización de la técnica pero con finalidad cognitiva es conocer las regiones del cerebro implicadas en el procesamiento de las palabras. 

La ventaja de la TEP es su capacidad de  cuantificar los receptores de neurotransmisores y visualizar los sitios de acción de los fármacos, además de que la medición de la metabolización  de la glucosa cerebral y el flujo sanguíneo cerebral regional se pueden utilizar  para estudiar la actividad del cerebro en reposo o para mapear la activación cerebral   durante tareas cognoscitivas y motoras. Dos inconvenientes de esta técnica, la baja resolución temporal y alta invasividad.




Más información:
Maestú, F., Ríos-Lago, M. y Cabestrero, R. (2008). Neuroimagen Funcional y Cognición. Barcelona: Masson-Elsevier.


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