sábado, 29 de julio de 2017

La mente humana tiene capacidades metacognitivas

"La metacognición se refiere al conocimiento y control de la cognición. La capacidad de reflexión, de volver sobre sí misma y tomarse como objeto de conocimiento y mejora." 




Antes de introducirnos en el término de metacognición conviene hacer una referencia sobre: ¿qué es la cognición? ¿cuál es la diferencia entre cognición y metacognición?

La cognición hace referencia al funcionamiento intelectual de la mente humana e implica tener algunas habilidades o capacidades cognitivas. La cognición es la facultad, consciente o inconsciente, de tomar la información que se recibe, y procesarla en base a conocimientos previamente adquiridos. Los procesos cognitivos están altamente relacionados con los procesos mentales de percibir, recordar, creer o desear.

Por otro lado, la metacognición se refiere a la conciencia y al control consciente de estas habilidades cognitivas. Las capacidades metacognitivas controlan, dirigen, mejoran y aplican la resolución de problemas sobre las capacidades cognitivas. Podemos destacar: la meta-percepción, la meta-atención, la meta-memoria y la meta-comprensión.

Uno de los procesos cognitivos que llevamos a cabo durante toda nuestra vida es el proceso de aprendizaje. Mientras las estrategias cognitivas inciden directamente en los procesos de aprendizaje (cognición), las estrategias metacognitivas permiten observar, controlar y evaluar la marcha de tales procesos (metacognición), así como aplicarlos a nuevas situaciones. La relación, por tanto, entre ambos niveles, en principio, resulta clara: la metacognición es requisito de la cognición eficaz porque se superpone como control regulador antes (planificación), durante (supervisión) y después (evaluación) de la actividad cognitiva como tal. Por tanto, la metacognición es una adquisición adaptativa de la mente humana que nos capacita para conocer los procesos cognitivos, motivacionales y emocionales sobre las propias capacidades y limitaciones, comportamientos y valoraciones.  

Hay una diferenciación dimensional clara entre lo que sería el conocimiento de los aspectos sobre la persona, la tarea-estrategia y el contexto y, el control de la actividad cognitiva: la planificación, la supervisión y la evaluación. 

La metacognición entendida como control se refiere a los procesos de autorregulación utilizados por una persona en situaciones de aprendizaje y resolución de problemas. El término de metacognición fue introducido en la década de los 70 por Flavell. Su primera definición del concepto “metacognición” incluía los siguientes componentes (Flavell, 1976: 232):

  • Conocimiento de los procesos cognitivos de uno mismo.
  • Control y regulación de estos procesos.
  • Desarrollo u orientación en función a una meta u objetivo concreto.

”Metacognición se refiere al conocimiento de uno mismo respecto de los propios procesos cognitivos y sus productos o a cualquier cosa relacionada con ellos, por ejemplo, las propiedades de la información o los datos relevantes para el aprendizaje… Metacognición se refiere, entre otras cosas, al control activo y a la consecuente regulación y orquestación de estos procesos en relación con los objetos de conocimiento a los que se refieren, normalmente al servicio de alguna meta concreta u objetivo” (Flavell, 1976: 232).

Por lo tanto, la metacognición hace referencia a la capacidad del sujeto de comprender la forma en la que piensa y aprende, con el fin de obtener mejores resultados. Las estrategias metacognitivas nos capacitan para generalizar nuestros conocimientos específicos aprendidos en un contexto e inferir estos conocimientos a  otras áreas distintas de la aprendida. Además, nos ayudan a discernir entre lo que conocemos y lo que no conocemos. También, nos permite controlar los procedimientos de obtención y comprensión de la nueva información y dar conciencia sobre la tarea que se va a realizar.

Las capacidades para reflexionar sobre nuestros propios procesos mentales tienen importantes implicaciones educativas. Los aspectos cognitivos y metacognitivos del funcionamiento estratégico, suponen una dinámica interactiva que determina las posibilidades y las limitaciones del aprendizaje. 

Para finalizar, otro aspecto muy importante en el aprendizaje dentro del plano interno o personal que es el factor afectivo-motivacional: la actitud estratégica. De nada sirve que alguien conozca cómo conducirse estratégicamente para ser eficaz en el aprendizaje si no está motivado para hacerlo así. 


Fuentes bibliográficas:

Lopez Aloso, C. y Matesanz del Barrio, M. (Eds) (2009). Las plataformas de aprendizaje. Del mito a la realidad. Madrid: Biblioteca Nueva. pp. 21-44.
Mayor, J., Suengas, A., y González-Marqués, J. (1993). Estrategias Metacognitivas. Aprender a aprender y aprender a pensar. Ed. Síntesis Psicología. Madrid.
Flavell, J. H. (1976). Metacognitive aspects of problem solving. En: L. B. Resnik (ed.). The nature of intelligence (pp. 231-235). Hillsdale, N.J.: Erlbaum.



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