“Los cambios que se producen durante la
pubertad o adolescencia afectan básicamente al fenotipo, al sistema
neuroendocrinológico y a la esfera psicosocial."
*Un fenotipo es
cualquier característica o rasgo observable de un organismo, resultan de la expresión de los genes, así como
de la influencia de los factores ambientales, y de las posibles interacciones
entre ambos.
La adolescencia es un período vulnerable en el desarrollo humano, ya que la tasa de crecimiento aumenta y ello implica un aumento de las necesidades de energía y nutrientes. El crecimiento puberal estimula de manera importante el apetito.
La nutrición tiene un gran papel en la regulación del crecimiento y mineralización del esqueleto. Por una parte, proporciona los nutrientes claves para el suministro de energía y la formación de estructuras y, por otra, interactúa con hormonas, como la hormona de crecimiento y las gonadotropinas (hormonas secretadas por la hipófisis que intervienen en la función de las gónadas -testículos y ovarios- y regulan diferentes etapas de la reproducción). Estas hormonas, su vez, determinan los niveles de "factor de crecimiento similar a la insulina tipo I" (IGF-I) o somatomedinas (factores de crecimientos molecularmente similares a la insulina) y esteroides gonadales, respectivamente. La concentración de hormona de crecimiento humana varía a lo largo del día en función de la dieta y del nivel de actividad.
La nutrición tiene un gran papel en la regulación del crecimiento y mineralización del esqueleto. Por una parte, proporciona los nutrientes claves para el suministro de energía y la formación de estructuras y, por otra, interactúa con hormonas, como la hormona de crecimiento y las gonadotropinas (hormonas secretadas por la hipófisis que intervienen en la función de las gónadas -testículos y ovarios- y regulan diferentes etapas de la reproducción). Estas hormonas, su vez, determinan los niveles de "factor de crecimiento similar a la insulina tipo I" (IGF-I) o somatomedinas (factores de crecimientos molecularmente similares a la insulina) y esteroides gonadales, respectivamente. La concentración de hormona de crecimiento humana varía a lo largo del día en función de la dieta y del nivel de actividad.
Durante la adolescencia, además del aumento de los requerimientos energéticos,
también se producen necesidades mayores de aquellos nutrientes implicados en
la acreción tisular (relacionado con la formación de los tejidos), como son el nitrógeno, hierro y calcio.
El crecimiento y los cambios en la composición corporal que se producen en la adolescencia justifican la ingesta recomendada de 1.300 mg/día de calcio en ambos períodos de la adolescencia. El pico de tasa máxima de depósito de calcio se alcanza a los 13 años en las chicas y los 14,5 años en los chicos, coincidiendo con el pico máximo de crecimiento, aunque este hecho varía mucho entre individuos según el estado de maduración sexual y ósea. A partir de ese momento , las necesidades se mantienen también elevadas hasta alcanzar la máxima retención deseable que asegure una masa ósea adecuada al final de la adolescencia.
También son más altas las demandas de vitamina B12, ácido fólico y vitamina B6, todas ellas necesarias para la síntesis normal de ADN y ARN y para el metabolismo proteico. El rápido crecimiento óseo exige cantidades elevadas de vitamina D y calcio, y para mantener la normalidad estructural y funcional de las nuevas células se requieren mayores cantidades de vitaminas C, A y E. Las vitaminas del complejo B son vitaminas hidrosolubles que contienen nitrógeno y se hallan en alimentos como la levadura de cerveza, la carne, los cereales integrales y las hortalizas. Estas vitaminas son neurotropas (actúan a nivel del sistema nervioso) como la B1, anabolizantes (participan en la construcción de los tejidos) como el grupo Bc y la B5 y antianémicas (permiten la elaboración de glóbulos sanguíneos) como la B9 y B12.
El crecimiento y los cambios en la composición corporal que se producen en la adolescencia justifican la ingesta recomendada de 1.300 mg/día de calcio en ambos períodos de la adolescencia. El pico de tasa máxima de depósito de calcio se alcanza a los 13 años en las chicas y los 14,5 años en los chicos, coincidiendo con el pico máximo de crecimiento, aunque este hecho varía mucho entre individuos según el estado de maduración sexual y ósea. A partir de ese momento , las necesidades se mantienen también elevadas hasta alcanzar la máxima retención deseable que asegure una masa ósea adecuada al final de la adolescencia.
Otro nutriente importante en la adolescencia es el hierro. Los adolescentes necesitan un aumento en la ingesta de hierro debido a: mayor cantidad de hemoglobina generada por la expansión del volumen de sangre; mayor cantidad de mioglobina por el aumento de la masa muscular; y, aumento de otras enzimas como los citocromos que acompañan al incremento del ritmo de crecimiento (Beard 2000). A todo esto se añade en las mujeres, la instauración de la menstruación que provoca pérdidas añadidas.
El cinc también requiere especial atención durante la adolescencia debido al gran número de enzimas implicadas en la expansión genética. Ello justifica su importancia en los procesos de crecimiento y maduración.
Como consecuencia de
las necesidades aumentadas de energía, los requerimientos de tiamina, riboflavina y niacina también están incrementados, ya que intervienen en el metabolismo
intermediario de los hidratos de carbono. El aporte de carbohidratos, según la OMS y la FAO, debería representar entre
un 50-60% (EIR 93-94, 95) de la energía total de la dieta. El 40-45% de dichos
carbohidratos deben ser polisacáridos, ricos en fibra (legumbres, cereales,
frutas y verduras), y el 10% serán azúcares (azúcar, miel y derivados). La
principal fuente de carbohidratos son los vegetales.
También son más altas las demandas de vitamina B12, ácido fólico y vitamina B6, todas ellas necesarias para la síntesis normal de ADN y ARN y para el metabolismo proteico. El rápido crecimiento óseo exige cantidades elevadas de vitamina D y calcio, y para mantener la normalidad estructural y funcional de las nuevas células se requieren mayores cantidades de vitaminas C, A y E. Las vitaminas del complejo B son vitaminas hidrosolubles que contienen nitrógeno y se hallan en alimentos como la levadura de cerveza, la carne, los cereales integrales y las hortalizas. Estas vitaminas son neurotropas (actúan a nivel del sistema nervioso) como la B1, anabolizantes (participan en la construcción de los tejidos) como el grupo Bc y la B5 y antianémicas (permiten la elaboración de glóbulos sanguíneos) como la B9 y B12.
La vitamina B1 (tiamina) desempeña un papel importante en el funcionamiento del sistema nervioso y
muscular así como para la asimilación de los hidratos de carbono. Es esencial en
el metabolismo del cerebro. Funciona en sinergia con la vitamina B1 y B3. Se encuentra como el resto del complejo B en la levadura de cerveza, germen de
cereales, legumbres secas, frutos secos, patatas, etc.
La vitamina B2 está relacionada en el transporte de
electrones durante el ciclo respiratorio y es esencial para el proceso de
liberación de energía en todas las células. Su combinación con el ácido fosfóricos (lecitinas) conduce a la formación de
dos coenzimas. Por eso tiene un importante papel en la respiración celular,
extrae la energía para las células y también permite al organismo metabolizar
los azúcares y las proteínas. La mayoría de los elementos de la flora intestinal sintetizan la vitamina B2, lo
mismo que las semillas germinadas. Esta vitamina queda almacenada tanto en el
hígado como en el corazón.
Para finalizar este artículo es importante destacar que en los últimos años, según varios estudios realizados para conocer los hábitos dietéticos de los adolescentes, se deduce la importancia de las influencias que tiene la industria alimentaria y los medios de difusión. Estos hábitos de los adolescentes se caracterizan por:
a) una cada vez mayor tendencia a saltarse comidas, especialmente el desayuno y con menos frecuencia la comida de mediodía;
b) realizar comidas fuera de casa;
c) consumir snacks, especialmente dulces;
d) comer en restaurantes de comidas rápidas;
e) practicar gran variedad de dietas.
a) una cada vez mayor tendencia a saltarse comidas, especialmente el desayuno y con menos frecuencia la comida de mediodía;
b) realizar comidas fuera de casa;
c) consumir snacks, especialmente dulces;
d) comer en restaurantes de comidas rápidas;
e) practicar gran variedad de dietas.
Las pautas de alimentación instauradas en esta etapa de desarrollo y sus consecuencias se
harán extensibles a la vida adulta, lo cual representa una gran oportunidad si
conseguimos que los hábitos adquiridos sean saludables. Se recomienda una dieta rica en cereales, verduras, frutas y aceite de oliva crudo.
Fuentes de información:
Fuentes de información:
Coordinación General Gregorio Varela Moreiras. Edita: Fundación Española de la Nutrición (FEN). ISBN:
978-84-938865-2-3 Depósito Legal: M-7773-2013
Beard JL. Iron requirements in adolescent females. J
Nutr. 2000; 130 (2S Suppl):440S-442S.
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