miércoles, 27 de abril de 2016

La adolescencia, un período vulnerable desde el punto de vista nutricional.





 “Los cambios que se producen durante la pubertad o adolescencia afectan básicamente al fenotipo, al sistema neuroendocrinológico y a la esfera psicosocial."

*Un fenotipo es cualquier característica o rasgo observable de un organismo, resultan de la expresión de los genes, así como de la influencia de los factores ambientales, y de las posibles interacciones entre ambos.


La adolescencia es un período vulnerable en el desarrollo humano, ya que la tasa de crecimiento aumenta y ello implica un aumento de las necesidades de energía y nutrientes. El crecimiento puberal estimula de manera importante el apetito

La nutrición tiene un gran papel en la regulación del crecimiento y mineralización del esqueleto. Por una parte, proporciona los nutrientes claves para el suministro de energía y la formación de estructuras y, por otra, interactúa con hormonas, como la hormona de crecimiento y las gonadotropinas (hormonas secretadas por la hipófisis que intervienen en la función de las gónadas -testículos y ovarios- y regulan diferentes etapas de la reproducción). Estas hormonas, su vez, determinan los niveles de "factor de crecimiento similar a la insulina tipo I" (IGF-I) o somatomedinas (factores de crecimientos molecularmente similares a la insulina) y esteroides gonadales, respectivamente. La concentración de hormona de crecimiento humana varía a lo largo del día en función de la dieta y del nivel de actividad.

Durante la adolescencia, además del aumento de los requerimientos energéticos, también se producen necesidades mayores de aquellos nutrientes implicados en la acreción tisular (relacionado con la formación de los tejidos), como son el nitrógeno, hierro y calcio. 

El crecimiento y los cambios en la composición corporal que se producen en la adolescencia justifican la ingesta recomendada de 1.300 mg/día de calcio en ambos períodos de la adolescencia. El pico de tasa máxima de depósito de calcio se alcanza a los 13 años en las chicas y los 14,5 años en los chicos, coincidiendo con el pico máximo de crecimiento, aunque este hecho varía mucho entre individuos según el estado de maduración sexual y ósea. A partir de ese momento , las necesidades se mantienen también elevadas hasta alcanzar la máxima retención deseable que asegure una masa ósea adecuada al final de la adolescencia. 


Otro nutriente importante en la adolescencia es el hierro. Los adolescentes necesitan un aumento en la ingesta de hierro debido a: mayor cantidad de hemoglobina generada por la expansión del volumen de sangre; mayor cantidad de mioglobina por el aumento de la masa muscular; y, aumento de otras enzimas como los citocromos que acompañan al incremento del ritmo de crecimiento (Beard 2000). A todo esto se añade en las mujeres, la instauración de la menstruación que provoca pérdidas añadidas. 

El cinc también requiere especial atención durante la adolescencia debido al gran número de enzimas implicadas en la expansión genética. Ello justifica su importancia en los procesos de crecimiento y maduración.

Como consecuencia de las necesidades aumentadas de energía, los requerimientos de tiamina, riboflavina y niacina también están incrementados, ya que intervienen en el metabolismo intermediario de los hidratos de carbonoEl aporte de carbohidratos, según la OMS y la FAO, debería representar entre un 50-60% (EIR 93-94, 95) de la energía total de la dieta. El 40-45% de dichos carbohidratos deben ser polisacáridos, ricos en fibra (legumbres, cereales, frutas y verduras), y el 10% serán azúcares (azúcar, miel y derivados). La principal fuente de carbohidratos son los vegetales.

También son más altas las demandas de vitamina B12, ácido fólico y vitamina B6, todas ellas necesarias para la síntesis normal de ADN y ARN y para el metabolismo proteico. El rápido crecimiento óseo exige cantidades elevadas de vitamina D y calcio, y para mantener la normalidad estructural y funcional de las nuevas células se requieren mayores cantidades de vitaminas C, A y E. Las vitaminas del complejo B son vitaminas hidrosolubles que contienen nitrógeno y se hallan en alimentos como la levadura de cerveza, la carne, los cereales integrales y las hortalizasEstas vitaminas son neurotropas (actúan a nivel del sistema nervioso) como la B1, anabolizantes (participan en la construcción de los tejidos) como el grupo Bc y la B5 y antianémicas (permiten la elaboración de glóbulos sanguíneos) como la B9 y B12.

La vitamina B1 (tiamina) desempeña un papel importante en el funcionamiento del sistema nervioso y muscular así como para la asimilación de los hidratos de carbono. Es esencial en el metabolismo del cerebro. Funciona en sinergia con la vitamina B1 y B3. Se encuentra como el resto del complejo B en la levadura de cerveza, germen de cereales, legumbres secas, frutos secos, patatas, etc.

La vitamina B2 está relacionada en el transporte de electrones durante el ciclo respiratorio y es esencial para el proceso de liberación de energía en todas las células. Su combinación con el ácido fosfóricos (lecitinas) conduce a la formación de dos coenzimas. Por eso tiene un importante papel en la respiración celular, extrae la energía para las células y también permite al organismo metabolizar los azúcares y las proteínasLa mayoría de los elementos de la flora intestinal sintetizan la vitamina B2, lo mismo que las semillas germinadas. Esta vitamina queda almacenada tanto en el hígado como en el corazón.

Para finalizar este artículo es importante destacar que en los últimos años, según varios estudios realizados para conocer los hábitos dietéticos de los adolescentes, se deduce la importancia de las influencias que tiene la industria alimentaria y los medios de difusión. Estos hábitos de los adolescentes se caracterizan por: 
a) una cada vez mayor tendencia a saltarse comidas, especialmente el desayuno y con menos frecuencia la comida de mediodía;
b) realizar comidas fuera de casa
c) consumir snacks, especialmente dulces;
d) comer en restaurantes de comidas rápidas;
e) practicar gran variedad de dietas


Las pautas de alimentación instauradas en esta etapa de desarrollo y sus consecuencias se harán extensibles a la vida adulta, lo cual representa una gran oportunidad si conseguimos que los hábitos adquiridos sean saludables. Se recomienda una dieta rica en cereales, verduras, frutas y aceite de oliva crudo. 


Fuentes de información:


Coordinación General Gregorio Varela Moreiras. Edita: Fundación Española de la Nutrición (FEN). ISBN: 978-84-938865-2-3 Depósito Legal: M-7773-2013

Beard JL. Iron requirements in adolescent females. J Nutr. 2000; 130 (2S Suppl):440S-442S.

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