El autor de esta frase, Julius Warren, se refería así a todos los cambios que sufren los adolescentes en la transición a adultos que calificamos como pubertad. La adolescencia es una etapa especialmente difícil y complicada debido a los cambios físicos, mentales, afectivos y emocionales por los que atraviesan los adolescentes.
Los cambios físicos están íntimamente unidos a los cambios en la maduración sexual, las hormonas sexuales son las que despiertan en los adolescentes una fuerza interna que no saben controlar y que ellos mismos descubren como tendencia sexual.
Por otro lado, la capacidad cognitiva aumenta considerablemente en el adolescente. Cuando se da un proceso de mayor nivel cognitivo se pueden reconocer las diferencias entre el yo real y el ideal, aunque al existir una excesiva discrepancia, se produce un desajuste y la depresión puede ser la causa principal ya que se producen sensaciones de fracaso y excesiva autocrítica. El adolescente se encuentra constantemente siendo juzgado por su peor juez, que es él mismo. Esta autocrítica puede ir desde aspectos físicos sin importancia para el resto de las personas, hasta inconformidad con su propia personalidad. Los adolescentes muestran su falso yo para impresionar y para ejercer nuevos roles y su verdadero yo lo muestran con sus amistades íntimas cuando tienen una cita con el sexo opuesto.
La autoestima atraviesa diversas características dependiendo del periodo de desarrollo, así, en algunos estudios se ha observado que existe una tendencia que marca una disminución de la autoestima en la adolescencia temprana, con cierto aumento en la adolescencia tardía y la adultez emergente. Esta variación se genera a partir de situaciones en las que el adolescente se siente en un escenario donde es el centro de atención de todo el público, el cual puede emitir juicios favorables, pero también desfavorables. Estos juicios son de gran importancia cuando surgen de sus amigos, los cuales, al igual que él, puede tener un dominio del sarcasmo y el ridículo.
Según el Ph. D. Jeffrey Jensen esta parte de la autoestima, es más difícil para las chicas que para los chicos,“en la adolescencia, las muchachas tienen una imagen corporal más negativa que los varones y son más críticas de su aspecto” eso se debe a que al desarrollar su nuevo cuerpo de mujer, se tiende a ganar peso en ciertos lugares, pero esto les crea un conflicto, debido al constante bombardeo de imágenes de delgadez que se manejan en las revistas y programas de televisión. Además, resulta difícil porque en esta etapa comienzan las relaciones con los chicos, la cual crea “evaluaciones” por parte de ellos, especialmente en lo físico, las citas, junto con los cambios físicos, y emocionales, son algunas de la razones que contribuye a la inestabilidad emocional de los adolescentes.Por otra parte, los adolescentes tienden a utilizar la comparación social para evaluarse a sí mismo. Los adolescentes tienen una sensación de inseguridad y preocupación cuando tratan de comprenderse a sí mismos.
La elaboración de la identidad pone a prueba las fortalezas y debilidades propias y del entorno. Es conocer quién es, hacia dónde se dirige en la vida y en qué forma uno encaja en la sociedad. Se trata de un núcleo fijo y coherente que junto a la razón le permiten al ser humano interactuar con otros individuos presentes en el medio. Según la teoría de Erikson, el mayor obstáculo que debe enfrentar el desarrollo de los adolescentes es el establecimiento de una identidad. Al final de la adolescencia, la identidad comienza a actuar como una fuerza moldeadora que orienta los planes y proyectos de vida. El contenido de la identidad tiene que ver con los compromisos, las elecciones, la ocupación laboral, los valores, las ideologías, la conciencia crítica, los roles, y la sexualidad. Erikson (1974) menciona la importancia de la socialización en la integración mutua con los valores y los intereses y dice que desarrollar un sentido de identidad es una tarea fundamental para el adolescente. Para este autor, el problema central de la adolescencia es la identidad frente a la confusión de la identidad. El sentido claro de una identidad personal constituye un aspecto de funcionamiento psicológico óptimo.
El desarrollo de la personalidad del adolescente culmina con la concepción del mundo. La concepción del mundo se va conformando a lo largo de la vida, pero alcanza su primera formulación significativa en la adolescencia y viene siendo el núcleo rector de la personalidad que orienta la conducta del sujeto en los diversos sectores de la vida. En el desarrollo afectivo, es una etapa en la que el adolescente se convierte en un ser mucho más independiente. Los adolescentes deben sentirse aceptados y apoyados por sus padres, aun y cuando esta etapa es de distanciamiento. Las relaciones entre adolescentes y padres son cruciales, los progenitores deben brindarles amor y aliento para que su autoestima aumente. Los padres son la cuna de la identidad y deben abrazar y responsabilizarse de sus hijos. Estos pueden ayudar a los adolescentes a alcanzar niveles más altos de desarrollo moral si les dan la oportunidad de hablar, presentar e interpretar conflictos morales y exponerlos. Cuando se hace esto, los jóvenes y adolescentes que exteriorizan sus opiniones más son aquellos cuyos padres emplean el humor y ponderan las intervenciones de sus hijos, los escuchan, les preguntan sus opiniones y les animan a participar de otras formas.
Por su parte, mencionan Moreno, A. y del Barrio, C. (2000) la adolescencia de los hijos es también una etapa de crisis para los padres ya que éstos tendrán que vivir junto con el adolescente estos cambios: el hijo que tienen frente a sí no es un niño pero tampoco es un adulto y no será de extrañar sus cambios en el comportamiento mostrándose oposicionista y desafiante.
El adolescente siente la necesidad de estar menos tiempo con sus padres, lo que le va a permitir desprenderse de ellos y estar en posibilidad de establecer nuevas relaciones principalmente con otros adolescentes; el adolescente desarrolla modas en el vestir, en el saludo, en el lenguaje, en el arreglo o desarreglo personal, se obsesiona con ideas radicales manifestándose, situaciones que van a repercutir de una u otra forma, en mayor o menor medida en la actitud y en el comportamiento de esos padres hacia sus hijos adolescentes, y es así como también con aportación de los padres el adolescente va conformando su identidad.
Se identifican una serie de rasgos en el estilo educativo de los padres asociados a una alta autoestima y son, entre otros: expresar los sentimientos positivos hacia el adolescente, estar el pendiente de su vida, de su estado de ánimo y de sus preocupaciones, dialogando y llegando a acuerdos, organizar salidas en familia a comer, asumir el rol de padre o madre y no de amigo, ser objetivos y claros al tratar de proporcionar ayuda, establecer reglas claras y justas junto con los hijos, dar libertad conforme a los límites establecidos debe quedar claro que la libertad se gana o se pierde conforme el adolescente demuestre ser responsable y maduro al tomar decisiones.
Los adolescentes pueden entrar en una etapa de crisis de identidad. Durante esta etapa analizan sus opciones y buscan llegar a comprometerse con algo en lo que puedan tener fe.
J. Jensen, señala la dificultad que se genera si el adolescente no logra manejar la discrepancia entre su yo real y su yo ideal, llegando a estados depresivos; pero también comenta sobre lo positivo cuando el adolescente se siente motivado a alcanzar su yo ideal.
El nivel de confianza que los adolescentes tengan en sus compromisos influye en su capacidad para resolver sus crisis de identidad. La confusión de la identidad típica de la adolescencia, los lleva a agruparse entre ellos y a no tolerar bien las diferencias, como mecanismos de defensa ante dicha confusión. A veces también muestran su confusión actuando de maneras más infantiles e irresponsables para evitar resolver conflictos o actuando de manera impulsiva y sin sentido.
El saber que desean hacer en su futuro y el fijarse metas para realizar lo que quieren es muy importante en un adolescente ya que le brinda una estabilidad emocional. Uno de los aspectos más importantes de esta búsqueda de identidad consiste en decidir que profesión o carrera desean tener. El adolescente se encuentra con una serie de dificultades porque le es difícil ser objetivo debido a la crisis propia de su edad. Los adolescentes suelen poner por delante sus intereses para elegir una carrera sin tomar en cuenta las aptitudes y habilidades, sin buscar la ayuda del orientador para el desarrollo de estas habilidades que son importantes en el desempeño dentro de la carrera.
Aránzazu Ibáñez.
Fuentes de la información
1- “La adolescencia es como una casa en día de mudanza: un desorden temporal”, Julius Warren.
2- Jeffrey Jensen Arnett received his Ph.D. from the University of Virginia, and did three years of postdoctoral work at the University of Chicago, http://www.jeffreyarnett.com/articles.htm
3- Erikson, Erik(1974). Identidad juventud y crisis. Paidos.
4- Moreno, A. & del Barrio, C. (2000). La experiencia adolescente: A la búsqueda de un lugar en el mundo. Buenos Aires: Aiqué.
Los cambios físicos están íntimamente unidos a los cambios en la maduración sexual, las hormonas sexuales son las que despiertan en los adolescentes una fuerza interna que no saben controlar y que ellos mismos descubren como tendencia sexual.
Por otro lado, la capacidad cognitiva aumenta considerablemente en el adolescente. Cuando se da un proceso de mayor nivel cognitivo se pueden reconocer las diferencias entre el yo real y el ideal, aunque al existir una excesiva discrepancia, se produce un desajuste y la depresión puede ser la causa principal ya que se producen sensaciones de fracaso y excesiva autocrítica. El adolescente se encuentra constantemente siendo juzgado por su peor juez, que es él mismo. Esta autocrítica puede ir desde aspectos físicos sin importancia para el resto de las personas, hasta inconformidad con su propia personalidad. Los adolescentes muestran su falso yo para impresionar y para ejercer nuevos roles y su verdadero yo lo muestran con sus amistades íntimas cuando tienen una cita con el sexo opuesto.
La autoestima atraviesa diversas características dependiendo del periodo de desarrollo, así, en algunos estudios se ha observado que existe una tendencia que marca una disminución de la autoestima en la adolescencia temprana, con cierto aumento en la adolescencia tardía y la adultez emergente. Esta variación se genera a partir de situaciones en las que el adolescente se siente en un escenario donde es el centro de atención de todo el público, el cual puede emitir juicios favorables, pero también desfavorables. Estos juicios son de gran importancia cuando surgen de sus amigos, los cuales, al igual que él, puede tener un dominio del sarcasmo y el ridículo.
Según el Ph. D. Jeffrey Jensen esta parte de la autoestima, es más difícil para las chicas que para los chicos,“en la adolescencia, las muchachas tienen una imagen corporal más negativa que los varones y son más críticas de su aspecto” eso se debe a que al desarrollar su nuevo cuerpo de mujer, se tiende a ganar peso en ciertos lugares, pero esto les crea un conflicto, debido al constante bombardeo de imágenes de delgadez que se manejan en las revistas y programas de televisión. Además, resulta difícil porque en esta etapa comienzan las relaciones con los chicos, la cual crea “evaluaciones” por parte de ellos, especialmente en lo físico, las citas, junto con los cambios físicos, y emocionales, son algunas de la razones que contribuye a la inestabilidad emocional de los adolescentes.Por otra parte, los adolescentes tienden a utilizar la comparación social para evaluarse a sí mismo. Los adolescentes tienen una sensación de inseguridad y preocupación cuando tratan de comprenderse a sí mismos.
La elaboración de la identidad pone a prueba las fortalezas y debilidades propias y del entorno. Es conocer quién es, hacia dónde se dirige en la vida y en qué forma uno encaja en la sociedad. Se trata de un núcleo fijo y coherente que junto a la razón le permiten al ser humano interactuar con otros individuos presentes en el medio. Según la teoría de Erikson, el mayor obstáculo que debe enfrentar el desarrollo de los adolescentes es el establecimiento de una identidad. Al final de la adolescencia, la identidad comienza a actuar como una fuerza moldeadora que orienta los planes y proyectos de vida. El contenido de la identidad tiene que ver con los compromisos, las elecciones, la ocupación laboral, los valores, las ideologías, la conciencia crítica, los roles, y la sexualidad. Erikson (1974) menciona la importancia de la socialización en la integración mutua con los valores y los intereses y dice que desarrollar un sentido de identidad es una tarea fundamental para el adolescente. Para este autor, el problema central de la adolescencia es la identidad frente a la confusión de la identidad. El sentido claro de una identidad personal constituye un aspecto de funcionamiento psicológico óptimo.
El desarrollo de la personalidad del adolescente culmina con la concepción del mundo. La concepción del mundo se va conformando a lo largo de la vida, pero alcanza su primera formulación significativa en la adolescencia y viene siendo el núcleo rector de la personalidad que orienta la conducta del sujeto en los diversos sectores de la vida. En el desarrollo afectivo, es una etapa en la que el adolescente se convierte en un ser mucho más independiente. Los adolescentes deben sentirse aceptados y apoyados por sus padres, aun y cuando esta etapa es de distanciamiento. Las relaciones entre adolescentes y padres son cruciales, los progenitores deben brindarles amor y aliento para que su autoestima aumente. Los padres son la cuna de la identidad y deben abrazar y responsabilizarse de sus hijos. Estos pueden ayudar a los adolescentes a alcanzar niveles más altos de desarrollo moral si les dan la oportunidad de hablar, presentar e interpretar conflictos morales y exponerlos. Cuando se hace esto, los jóvenes y adolescentes que exteriorizan sus opiniones más son aquellos cuyos padres emplean el humor y ponderan las intervenciones de sus hijos, los escuchan, les preguntan sus opiniones y les animan a participar de otras formas.
Por su parte, mencionan Moreno, A. y del Barrio, C. (2000) la adolescencia de los hijos es también una etapa de crisis para los padres ya que éstos tendrán que vivir junto con el adolescente estos cambios: el hijo que tienen frente a sí no es un niño pero tampoco es un adulto y no será de extrañar sus cambios en el comportamiento mostrándose oposicionista y desafiante.
El adolescente siente la necesidad de estar menos tiempo con sus padres, lo que le va a permitir desprenderse de ellos y estar en posibilidad de establecer nuevas relaciones principalmente con otros adolescentes; el adolescente desarrolla modas en el vestir, en el saludo, en el lenguaje, en el arreglo o desarreglo personal, se obsesiona con ideas radicales manifestándose, situaciones que van a repercutir de una u otra forma, en mayor o menor medida en la actitud y en el comportamiento de esos padres hacia sus hijos adolescentes, y es así como también con aportación de los padres el adolescente va conformando su identidad.
Se identifican una serie de rasgos en el estilo educativo de los padres asociados a una alta autoestima y son, entre otros: expresar los sentimientos positivos hacia el adolescente, estar el pendiente de su vida, de su estado de ánimo y de sus preocupaciones, dialogando y llegando a acuerdos, organizar salidas en familia a comer, asumir el rol de padre o madre y no de amigo, ser objetivos y claros al tratar de proporcionar ayuda, establecer reglas claras y justas junto con los hijos, dar libertad conforme a los límites establecidos debe quedar claro que la libertad se gana o se pierde conforme el adolescente demuestre ser responsable y maduro al tomar decisiones.
J. Jensen, señala la dificultad que se genera si el adolescente no logra manejar la discrepancia entre su yo real y su yo ideal, llegando a estados depresivos; pero también comenta sobre lo positivo cuando el adolescente se siente motivado a alcanzar su yo ideal.
El nivel de confianza que los adolescentes tengan en sus compromisos influye en su capacidad para resolver sus crisis de identidad. La confusión de la identidad típica de la adolescencia, los lleva a agruparse entre ellos y a no tolerar bien las diferencias, como mecanismos de defensa ante dicha confusión. A veces también muestran su confusión actuando de maneras más infantiles e irresponsables para evitar resolver conflictos o actuando de manera impulsiva y sin sentido.
El saber que desean hacer en su futuro y el fijarse metas para realizar lo que quieren es muy importante en un adolescente ya que le brinda una estabilidad emocional. Uno de los aspectos más importantes de esta búsqueda de identidad consiste en decidir que profesión o carrera desean tener. El adolescente se encuentra con una serie de dificultades porque le es difícil ser objetivo debido a la crisis propia de su edad. Los adolescentes suelen poner por delante sus intereses para elegir una carrera sin tomar en cuenta las aptitudes y habilidades, sin buscar la ayuda del orientador para el desarrollo de estas habilidades que son importantes en el desempeño dentro de la carrera.
Aránzazu Ibáñez.
Fuentes de la información
1- “La adolescencia es como una casa en día de mudanza: un desorden temporal”, Julius Warren.
2- Jeffrey Jensen Arnett received his Ph.D. from the University of Virginia, and did three years of postdoctoral work at the University of Chicago, http://www.jeffreyarnett.com/articles.htm
3- Erikson, Erik(1974). Identidad juventud y crisis. Paidos.
4- Moreno, A. & del Barrio, C. (2000). La experiencia adolescente: A la búsqueda de un lugar en el mundo. Buenos Aires: Aiqué.
La adolescencia es como una casa en día de mudanza, por que van sufriendo cambios en el camino, cambios en la transición, y esos cambios están íntimamente ligados o unidos unos con otros y vemos que esos cambios van surgiendo a medida que vamos creciendo en la vida.
ResponderEliminarcuando realizamos una mudanza primero todo nos parece desorden, pero a medida que vamos cargando nuestras cosas hay que empezar a ordenarlas, de eso se trata la vida del adolescente, llegar a una etapa de maduración.