Un equipo de científicos
del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha logrado que
células adultas de un organismo vivo retrocedan en su desarrollo evolutivo y
recuperen características propias de las células madre embrionarias.
La revista Nature ha publicado las
conclusiones de la investigación que ha permitido reproducir en ratones una
técnica que ya utilizó el científico japonés Shinya Yamanak quien
consiguió el Nobel de Medicina del año pasado gracias a esos avances.
Una de sus investigadoras es María Abad que estos días aparece en prensa y que destaca por su simpatía y juventud.
En mi caso, me ha llamado la atención sus palabras, que se recogen en un artículo del periódico El País del 12 de septiembre en las que agradecía a sus profesores de Instituto su vocación por la ciencia.
“Estoy aquí
gracias a mis profesores del instituto”. Alejandra Agudo, 12 de
septiembre de 2013. Enlace de la noticia
Afirmaría que el éxito de María ha sido gracias a la suma magistral de variables tan importantes para la vida como:
- tener cerca personas que hayan sabido ver sus potencialidades,
- profesores que hayan despertando en ella la curiosidad científica,
- el valor del fracaso como forma de aprendizaje,
- su trabajo en equipo y, sobre todo,
- saber tomar decisiones en momentos importantes.
¡Espero que todos tus sueños y
proyectos se cumplan, María!
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