En 1967 H.J.Eysenck situó las bases biológicas de la
Extroversión-Introversión en centros corticales y subcorticales del cerebro,
dentro del SNC. Esencial en esta teoría es el concepto arousal o activación
cortical generalizada que, a su vez, depende del nivel de actividad del Sistema
de Activación Reticular Ascendente (SARA).
Eysenck atribuye las diferencias en
la actividad de ese sistema a factores genéticos, hipótesis que ha sido
validada en diversas investigaciones que muestran que este patrón de conducta
diferencial tiene un fuerte componente hereditario (Loehlin, 1992; Plomin,
1994; Plomin y Caspi, 1999).
De acuerdo con la propuesta de Eysenck, en el plano
biológico las personas extravertidas tienen umbrales de activación elevados en
el SARA (necesitan más estimulación para que este sistema se active), o, dicho
de otra manera, presentan niveles de activación cortical crónicamente bajos,
razón por el cual los extravertidos están habitualmente poco activados
(inhibición); por el contrario los introvertidos tienen umbrales más bajos de
activación en el SARA (necesitan menos estimulación para que este sistema se
active) y, en consecuencia, presentan niveles de activación crónicamente
elevados.
En el plano conductual estas diferencias de
funcionamiento biológico se traduce en diferencias comportamentales tales como que las personas extravertidas,
dado el bajo nivel crónico de arousal cortical que presentan, necesitan buscar
continuamente estimulación de forma que esta se sitúe en niveles óptimos para
el funcionamiento. Esto hace que estas personas busquen actividades
bulliciosas, contacto habitual con gente, hablar, etc. En el plano del rendimiento,
las personas extrovertidas rinden peor en tareas monótonas y repetitivas, en
comparación con las personas introvertidas, ya que se aburren más fácilmente.
Las personas introvertidas, por lo tanto, que se activan
más fácilmente ante las situaciones, muestran una mayor preferencia por
actividades que supongan una escasa estimulación (actividades solitarias,
lectura, evitación de fiestas y bullicio, etc.) pues, de lo contrario, una
estimulación adicional les resultaría desagradable, al elevar excesivamente su
nivel de activación cortical, ya de por sí elevado.
Bibliografía:
Eysenck, H.J., (1967). The Biological Basis of
Personality. Charles C. Thomas, Publisher (versión castellana, 5ta edición
1982. Editorial Fontanella).
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