domingo, 1 de septiembre de 2019

Extraversión-Introversión y cerebro



En 1967 H.J.Eysenck situó las bases biológicas de la Extroversión-Introversión en centros corticales y subcorticales del cerebro, dentro del SNC. Esencial en esta teoría es el concepto arousal o activación cortical generalizada que, a su vez, depende del nivel de actividad del Sistema de Activación Reticular Ascendente (SARA). 
Eysenck atribuye las diferencias en la actividad de ese sistema a factores genéticos, hipótesis que ha sido validada en diversas investigaciones que muestran que este patrón de conducta diferencial tiene un fuerte componente hereditario (Loehlin, 1992; Plomin, 1994; Plomin y Caspi, 1999).

De acuerdo con la propuesta de Eysenck, en el plano biológico las personas extravertidas tienen umbrales de activación elevados en el SARA (necesitan más estimulación para que este sistema se active), o, dicho de otra manera, presentan niveles de activación cortical crónicamente bajos, razón por el cual los extravertidos están habitualmente poco activados (inhibición); por el contrario los introvertidos tienen umbrales más bajos de activación en el SARA (necesitan menos estimulación para que este sistema se active) y, en consecuencia, presentan niveles de activación crónicamente elevados.

En el plano conductual estas diferencias de funcionamiento biológico se traduce en diferencias comportamentales  tales como que las personas extravertidas, dado el bajo nivel crónico de arousal cortical que presentan, necesitan buscar continuamente estimulación de forma que esta se sitúe en niveles óptimos para el funcionamiento. Esto hace que estas personas busquen actividades bulliciosas, contacto habitual con gente, hablar, etc. En el plano del rendimiento, las personas extrovertidas rinden peor en tareas monótonas y repetitivas, en comparación con las personas introvertidas, ya que se aburren más fácilmente.

Las personas introvertidas, por lo tanto, que se activan más fácilmente ante las situaciones, muestran una mayor preferencia por actividades que supongan una escasa estimulación (actividades solitarias, lectura, evitación de fiestas y bullicio, etc.) pues, de lo contrario, una estimulación adicional les resultaría desagradable, al elevar excesivamente su nivel de activación cortical, ya de por sí elevado.



Bibliografía:
Eysenck, H.J., (1967). The Biological Basis of Personality. Charles C. Thomas, Publisher (versión castellana, 5ta edición 1982. Editorial Fontanella).

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