La Navidad es la época en la que más se recrudece el sentimiento de soledad y muchos adolescentes deambulan por ahí rodeados de gente pero desolados por dentro.
Es lógico que el proceso deba encontrar una válvula de salida y que en no pocas ocasiones ésta sea la Ira. Encontrar nuevas alternativas en estas fiestas es entonces todo un desafío para la familia.
Según la psicóloga Karen Moenne, los adolescentes a medida que crecen necesitan celebrar la Navidad de una manera distinta. Por esta razón, la familia debe ir creciendo junto con la etapa vital de sus hijos. “Los adolescentes están ávidos de participar y construir significados, pero si se les siguen imponiendo y no respetando sus formas, se vuelve muy desagradable hacia ellos”.
Los adolescentes están justo en la etapa en que son niños-adultos y adultos-niños, por lo tanto, la Navidad puede resultarles odiosa ya que les recuerda que hace poco creyeron en los Reyes Magos y Papá Noel. Pero también les gusta recibir regalos. Por lo tanto, experimentan sentimientos encontrados.
Para acoger en su confusión a estos pequeños adultos, es importante incluirlos. Como señal Ximena Arrau, “si un adolescente se siente partícipe de la celebración, lo pasará bien porque le harán sentirse importante. Es clave incluirlos”.
Por lo tanto, una de las maneras de motivarlos es que se sientan integrados, que sepan que es necesario que estén ahí. “Esto les hace sentirse reconocidos y no sólo como un capricho de los padres para confirmar su autoridad.
Por esta razón, antes que todo, la familia debe clarificar muy bien cuál es el sentido de la Navidad para ellos. Así se puede exigir a los adolescentes sin temor a contradecirse”, agrega Ximena Arrau. Por ejemplo, si un chico se encierra para el día de Navidad, es importante hacerle sentir que a ellos les importa que salga. “Aunque la insistencia no garantiza la participación, la diferencia puede estar en que de igual forma los padres le hacen sentir que les hace falta su presencia. Frases como ‘hijo, eres tan importante para nosotros que nos gustaría que estuvieras aquí’, puede transformarse en un referente”, enfatiza la especialista.
Por esta razón, antes que todo, la familia debe clarificar muy bien cuál es el sentido de la Navidad para ellos. Así se puede exigir a los adolescentes sin temor a contradecirse”, agrega Ximena Arrau. Por ejemplo, si un chico se encierra para el día de Navidad, es importante hacerle sentir que a ellos les importa que salga. “Aunque la insistencia no garantiza la participación, la diferencia puede estar en que de igual forma los padres le hacen sentir que les hace falta su presencia. Frases como ‘hijo, eres tan importante para nosotros que nos gustaría que estuvieras aquí’, puede transformarse en un referente”, enfatiza la especialista.
Aránzazu Ibáñez
Fuente de información:
Karen Moënne, psicóloga clínica.
Ximena Arrau, psicóloga clínica.
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